Periodista: Mayra Alejandra Sierra C. /Prensa AN
San Antonio del Táchira, viernes 01 de marzo 2019.- El diputado Franklin Duarte (UNIDAD-Táchira) subrayó que ahora más que nunca los diputados de la Asamblea Nacional y los venezolanos, “seguiremos en las calles sin descanso hasta que Venezuela sea libre y podamos vivir en un estado democrático donde exista respeto a nuestros derechos humanos fundamentales”.
El parlamentario narró sobre lo que vivió el pasado sábado 23 de febrero en la frontera entre Venezuela y Colombia, donde un grupo de paramilitares armados adeptos al régimen dictatorial de Nicolás Maduro agredieron indiscriminadamente a los parlamentarios de la Asamblea Nacional, voluntariado y sociedad civil que se trasladaba en dicha zona limítrofe para el ingreso de la ayuda humanitaria donada por el gobierno de los Estados Unidos y otras naciones.
“Cuando estábamos en el municipio San Antonio del Táchira, a metros de llegar al Puente Internacional Simón Bolívar, durante dos horas, estuvimos acorralados por los funcionarios militares de la Guardia Nacional, lanzándonos gas lacrimógeno y por el otro lado, los colectivos del régimen, quienes nos amedrentaron y apuntaron con armas de fuego”, declaró el parlamentario tachirense.
A su vez, denunció que ese día se contabilizaron cerca de 300 heridos causado por la fuerte represión de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y paramilitares armados, que según reveló Duarte, una fuente interna de ese componente castrense, “eran reos de diferentes cárceles, miembros de colectivos de diferentes estados del país y grupos guerrilleros colombianos del Ejercito Liberación Nacional (ELN). Algunos fueron vestidos con el uniforme de la GN, para llevar a cabo el plan macabro de violencia en la zona”.
“El 23 Febrero fue un día terrorífico y el último que pensamos que estaríamos con vida, para quienes estuvimos en las calles de los municipios fronterizos de San Antonio del Táchira y Ureña, después de ver como los grupos armados por órdenes de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, amenazaban de muerte a la disidencia, disparaban a mansalva, robaban, reprimían con bombas lacrimógenas y perdigones, violaban la propiedad privada y atacaban las sedes de los comandos de la PNB, CICPC y la GNB”, relató.
Señaló que fue imposible que los medios de comunicaciones nacionales e internacionales que se encontraban en el lado venezolano transmitieran la información de lo que sucedía ese 23 de febrero en la zona, pues sus equipos, herramientas de trabajo y vehículos fueron robadas por los colectivos paramilitares de Maduro y Cabello.