En la sesión de instalación de este 5 de enero, del nuevo período de la Asamblea Nacional legítima, presidida por Juan Guaidó, El primer Vicepresidente del Parlamento, Juan Pablo Guanipa, aseguró que “2022 es un año para seguir en nuestro esfuerzo, asumiendo nuestros errores y dando la cara por nuestro país. Si la dictadura ha cometido la más grosera e impúdica corrupción que se haya visto en toda nuestra historia, que los entendidos calculan en varios centenares de miles de millones de dólares, nosotros debemos tener cero tolerancia con la corrupción”.
Guanipa dijo que la dictadura de Nicolás Maduro ha producido la peor debacle que puede vivir un país. “Esa dictadura ha permitido y promovido la presencia guerrillera y delincuencial en tierra venezolana. Lo que hoy sucede en Barranca del Orinoco en Monagas, es lo mismo que sucede en toda nuestra frontera. En el municipio Páez del Estado Apure; en los municipios Bolívar, Ureña, Rafael Urdaneta, García de Hevia, Panamericano, Ayacucho, Junín, Los Capachos, Fernández Feo, Libertador del Estado Tachira; en la guajira, Perijá y Sur del Lago de nuestro estado Zulia. Zonas en las que la dictadura ha entregado nuestra soberanía para que grupos criminales nacionales e internacionales hagan de las suyas y trafiquen con drogas a costa de la vida, la tranquilidad y la seguridad de nuestra gente”.
En este orden de idea, culpó al régimen de Maduro de ser el causante de la muerte de tantos venezolanos por hambre, por la delincuencia o por razones políticas.
“La dictadura de Maduro es victimaria de miles de venezolanos que han sido sometidos a la privación de su libertad y a la tortura por manifestar sus derechos políticos. Es ella la responsable de que de 5 a 6 millones de venezolanos se hayan visto forzados a salir del país con las consecuencias que esto produce en la unión familiar y en el progreso de nuestra nación”, aseguró, a la vez que manifestó que por todas estas razones, seguirán luchando en el país, para lograr su liberación.
Añadió que “2021 fue un año de acciones de esta Asamblea Nacional en medio de las circunstancias políticas, económicas y sociales y en medio de la pandemia. La Comisión Delegada no solo discutió los problemas más importantes del país, sino recorrió las calles, ciudades y caseríos de la mayoría de los estados de Venezuela. Y tenemos que seguir encontrándonos con esa Venezuela profunda que mantiene intacto su ánimo libertario”.
Resaltó además que “el caso Monómeros nos ha hecho daño frente a la credibilidad de nuestra gente. Si la actuación de la comisión designada por la Asamblea Nacional concluyó que hubo un intento de toma hostil de esa empresa y se frenó cualquier pretensión en ese sentido, el trabajo no ha terminado. Esta Asamblea designó una nueva comisión que ha debido avanzar en la investigación y en la reestructuración de esa empresa y el trabajo no se ha hecho porque falta la asignación de un integrante de esa instancia. Es necesario que eso sea resuelto y que la comisión concluya el trabajo para que logremos una empresa reestructurada y despartidizada. En este asunto tenemos que dar testimonio”.
En tal sentido dijo que la Asamblea Nacional legítima, electa en 2015, tiene la responsabilidad de enfocarse en el objetivo de lograr derrocar la dictadura de Maduro y que las opciones deben discutirlas en unidad, siempre conscientes de que nada se logrará sin intensificar la presión interna y la presión internacional.
Dijo que “lo que Lo que los venezolanos rechazamos es vivir en dictadura. En eso si estamos unidos. Estamos unidos para salvar a nuestro país. Los venezolanos somos una gran familia, una familia que ama su patria, que ama la libertad y ama la democracia. Estamos unidos por una Venezuela Libre y eso es lo más importante”.
Asimismo, aseguró que “llegó el momento de la transformación. No queremos reconstruir porque eso sería volver a lo que había. No queremos cambio porque algunos cambios son insuficientes para refundar los poderes, las instituciones y a nuestra sociedad. Lo que necesitamos es una transformación, transformación educativa, transformación económica, transformación productiva,
transformación ciudadana, transformación Institucional, hasta llegar a una transformación cultural, pero ninguna de ellas será posible sin la transformación política”.
“Debemos cambiar la pobreza por prosperidad, la corrupción por honestidad y la politiquería por un liderazgo ético, creador de calidad de vida y bienestar; reeducarnos para la vida, para la libertad, para la democracia, para la esperanza y para la felicidad. Sabemos que nos merecemos estar mejor. No permitamos que nadie nos desanime, que nadie nos quite las ganas y la esperanza”, concluyó.