Periodista: Prensa An. / Fotografo: Prensa An.
Se ha evidenciado que a partir del confinamiento producto de la pandemia por el COVID-19 los casos de maltrato a la mujer y femicidio han aumentado considerablemente, no solo en Venezuela, sino en toda la región latinoamericana.
Esta afirmación la hizo la diputada por el estado zulia, Nora Bracho durante la sesión de la Comisión Delegada de la legítima Asamblea Nacional, celebrada vía online este martes 09 de marzo, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
“Hoy quiero compartir con ustedes una reflexión que va dirigida hacia la situación que vivimos las venezolanas en cuanto a lo que, por motivos del confinamiento producto de la pandemia, ha evidenciado una realidad alarmante, en cuanto al crecimiento del maltrato a la mujer y el aumento de los femicidios. Pero vamos a contextualizar este problema que no es solo venezolano sino de toda la región latinoamericana” reafirmó la diputada zuliana.
Recordó las palabras de Malala Yousafzai, que en su oportunidad dijo "Teníamos dos opciones: estar calladas y morir o hablar y morir, y decidimos hablar.". Por lo que indicó la diputada Bracho que en la violencia machista se entreveran herencias y hábitos culturales “y, a la vez, un contexto socioeconómico que se deterioró más con la circulación del covid-19 y el confinamiento social. Se calcula que 118 millones de mujeres se encuentran en situación de pobreza en la región”.
Igualmente hizo referencia a lo que afirmó la directora regional para América Latina y el Caribe de ONU Mujeres, María-Noel Vaeza, quien precisó que son las más afectadas las mujeres por el aumento del desempleo, la pobreza y la sobrecarga de cuidados no remunerados". Por lo que acotó la diputada Bracho que la región experimenta una situación de desigualdad extrema, que se pensaban en vías de superación. Sin embargo, desde que el PIB se derrumbó en un 7,2% y el paro global perforara la barrera de los 10 puntos en una región donde, la mitad de los empleos son informales.
“Más del 70% del trabajo doméstico, que engloba a casi el 14% de los empleos de mujeres en la región, se vio afectado por las restricciones de movilidad. En estas condiciones de precariedad se incrementó la violencia de género hasta contra niñas y adolescentes. Fíjense que para la ONU Mujeres se estima que, por cada tres meses de confinamiento, habrá 15 millones de casos adicionales de violencia de generaron".
Lamentó la diputada zuliana que esta es la nueva realidad de las mujeres, que calificó de muy cruda, si solo se habla de números, “pero una muy trágica verdad, si lo que está detrás de esas cifras son las vidas de niñas, jóvenes y mujeres”, enjuició.
Considera que se debe cambiar la concepción “machista” patriarcal de la herencia cultural, porque a pesar que en Venezuela son las madres las que llevan el peso específico en los hogares, se mantiene el control por parte de los padres o los hombres que llegan a estas casas como supuestos compañeros de vida.
“El segundo reto es lograr que el problema de generar un sustento económico, así sea desde el sector informal, cuente con la protección social y que las mujeres que se quedan en el hogar no dependen totalmente del ingreso de otra persona para subsistir, porque esto se convierte en el caldo de cultivo perfecto para que nos puedan agredir y vejar porque, según el agresor, ellos nos mantienen”.
Subrayó que otra arista es que ante la realidad que azota al país en la crisis humanitaria compleja, son las mujeres las que prefieren sacrificarse y dejar de alimentarse, ir al médico o hacer lo que sea necesario para que el resto de los integrantes de la familia tenga un plato de comida, agua o lo que necesite el grupo familiar.
Afirmó que este es un tema político, porque es responsabilidad ineludible del Estado desarrollar políticas, planes y proyectos para alcanzar el desarrollo sostenible, reduciendo cada vez más las brechas de desigualdad y esto pasa por reducir los índices de violencia y criminalidad, lo cual no es posible si no se tiene experticia en la materia, ni capacidad política.
“Existe un Ministerio de la mujer solo para su uso político, sin cartera ni presupuesto ni políticas para mejorar las condiciones de la mujer. No hay protección para las mujeres vulnerables por la violencia. Venezuela adolece de casas de abrigo para cobijar a las víctimas de violencia junto a sus hijos. El principal machista de nuestro país es este régimen, esta dictadura”, recalcó la diputada Bracho.
Acentuó que en el país han fracasado más de 30 planes de seguridad y no existe uno solo específicamente diseñado para erradicar la violencia contra las mujeres. Además de ofrecer a diario un discurso violento y lleno de estigmatizaciones, los usurpadores agreden constantemente a las mujeres políticas opositoras o contrarias a sus ideales, con lo cual, no sólo omiten estos casos, sino que los promueven.
“Es en estos casos en donde existe mayor impunidad, es en estos casos en donde nos sentimos más desprotegidas porque de los asesinos solo un porcentaje muy mínimo termina detenido. La violencia contra la mujer es un problema de salud pública. Solo en 2020 se cometió un femicidio cada 34 horas y en lo que va de 2021 ya se contabilizaban 51”, precisó.
Agregó que la Asamblea Nacional ha sido el único organismo de carácter estatal que ha manifestado su decisión de investigar este tipo de hechos. Tarea que asumió la diputada Tamara Adrián, quien ha señalado que: El femicidio es superior a un homicidio ordinario, porque se trata de un crimen de odio hacia la mujer.
Precisó que también desde la Asamblea Nacional han contribuido con la ONG Transparencia Venezuela y la aplicación móvil DILO AQUÍ, concebida como herramienta para la denuncia de actos de corrupción, con la creación de un canal para recibir y procesar casos relacionados con violencia hacia la mujer, incluidos los que involucren actuaciones irregulares de funcionarios y abusos de poder como la sextorsión.
“Nosotras, seremos las responsables del salto al desarrollo que Venezuela espera, seremos nosotras las reales protagonistas del rescate de la libertad y la democracia. Las mujeres venezolanas estamos llamadas a dar un paso al frente para mover el cambio político urgente que Venezuela necesita,
Finalmente, manifestó que para alcanzar el desarrollo sostenible del país es imprescindible que mujeres y hombres sean tratados como iguales, que hay que romper las cadenas de los estereotipos que los condenan como sociedad y compartir roles.
“Es una invitación para nuestros compañeros del género opuesto a sensibilizarse de la situación en la que vivimos y acompañarnos en la lucha por la exigencia de nuestro lugar como iguales, y una invitación para mis compañeras para asumir el rol protagónico que este momento histórico exige”, culminó Bracho.